La ignición accidental de una atmósfera que contiene una gran cantidad de gas, vapor, nieblas y/o polvo puede causar una explosión. Por ello, deben ser tomadas medidas específicas para evitar cualquier daño material o la pérdida de vidas humanas. Estas medidas se aplican principalmente a las industrias químicas y petroquímicas en las que tales atmósferas peligrosas se pueden desarrollar durante la producción, transformación, transporte y almacenamiento de productos inflamables. También cubren instalaciones donde el polvo inflamable está presente en el procesamiento de productos polvorientos o granulados (molienda, tamizado, etc).